Desde comenzada la pandemia de COVID-19, las deudas de las familias crecen por ascensor, mientras que los ingresos lo hacen por una escalera muy amesetada. Prácticamente el 90% de las familias argentinas contrajeron deudas durante 2020
Según un informe recientemente publicado por el Banco Central la morosidad bancaria experimenta un ascenso sobre el total de los préstamos privados; en el caso de los préstamos al consumo, el aumento fue más pronunciado, trepando del 3,2% al 7,1% en la actualidad. Es visible la creciente dificultad de las familias para pagar sus deudas, la mayoría de ellas contraídas luego de la aparición de la pandemia COVID-19 destinadas a consumos corrientes, acompañada de una caída real de sus salarios que no pueden hacer frente a la escalada inflacionaria ni a los elevados intereses que engrosan las deudas originales.
Como se mencionara en los Informes de CERX -Centro de Economía Regional Y Experimental- prácticamente el 90% de las familias argentinas contrajeron deudas durante 2020, siendo más cuantiosas las no bancarias, tales como el pago de servicios, préstamos de familiares y amigos, impuestos, autos (plan y seguro), alquiler y expensas, educación, fiado en comercios. Las familias no se endeudaron para comprar electrodomésticos, lo hicieron para asumir sus gastos corrientes, para vivir y sobrevivir, por ejemplo, comprando alimentos o medicamentos. Pero parte de estas compras también fueron realizadas a través de herramientas bancarias.
Deudas bancarias
Siguiendo con los datos del Informe del Banco Central, actualmente son 13,4 millones los argentinos y argentinas que poseen algún tipo de deuda con los bancos. Los deudores con categoría 2 o peor (con atrasos mayores a 30 días) representaron el 7,7% del total de préstamos en junio, siendo el 8,1% en el caso de préstamos comerciales a empresas y el 7,1% en préstamos de consumo (personales y de tarjeta de crédito) destinados a personas físicas. Estos niveles eran en el semestre anterior del 5,5%, 6,8% y 3,2% respectivamente.
En los préstamos de consumo, las entidades identificadas como Otros Proveedores No Financieros de Crédito -OPNFC- (cooperativas y mutuales, empresas de venta de electrodomésticos y fintechs), la cifra de mora asciende al 13% sobre el total, respondiendo a una tasa de interés más alta (tasa nominal anual del 84%). De todos modos, los planes que ofrecen los bancos tradicionales tampoco escapan a la generación de una bola de nieve, con planes de refinanciación que significan pagar dos veces la misma deuda (con tasas del 52%).
Ahora bien, vale resaltar que el 54,1% de las personas que se endeudaron en los últimos tres años con entidades no financieras ya venían arrastrando deudas con los bancos (durante la pandemia, 15% de los titulares de tarjetas de créditos, unas 991.913 personas, perdieron las mismas por perder el carácter de “sujetos de crédito”, aunque la cantidad de plásticos en el mercado aumentó 7%). Cerrando este bloque, son 6,1 millones las personas que tienen deudas con las OPNFC (30% de la población económicamente activa del país) por un monto global de $195.000 millones.
Salir a flote
Como afirmara desde CERX, las familias se endeudaron desde inicio de la pandemia, para cubrir preferentemente sus gastos corrientes, acompañadas por una caída real de sus ingresos producto de un aumento sostenido de los precios (para Ecolatina, en ese sentido, el salario real formal cerrará este año con una caída promedio del orden del 3% y refinanciaciones que multiplican las deudas iniciales. La situación se agrava en el caso de las mujeres argentinas.
Respecto de 2021, según un estudio de la consultora D´Alessio Irol actualmente el 73% de las familias de clase media se encuentran endeudadas, siendo los destinos de las deudas: el 19 % se atrasó este año en el pago del préstamo/cuotas tarjeta, el 26% suponen que necesitarán tomar un préstamo para cubrir pagos atrasados y el 22% para cubrir gastos de reparaciones. La clase media, sobre todo los segmentos de mayor poder adquisitivo, fueron quienes más deudas asumieron con mayores facilidades de financiación a través de tarjetas de créditos (planes ahora 3, 6, 12 o 18).
Por otro lado, un estudio reciente de la Escuela Interdisciplinaria de Altos Estudios Sociales (Idaes) de la Universidad Nacional de San Martín sostiene que se recrudece este panorama para las mujeres en el país: la alta vulnerabilidad financiera es mayor en mujeres que en varones, en hogares con presencia de menores; cuando las mujeres son jefas de hogar y tienen menores a cargo pero ingresos altos demandan más préstamos a sus familiares y conocidos así como usan más tarjetas de crédito que sus pares sin menores a cargo. Sin embargo, son los hogares de menores ingresos liderados por mujeres los que más contraen préstamos en bancos, compra a fiado, piden préstamos a ANSES y créditos para monotributistas.
Es probable que este escenario de endeudamiento familiar se mantenga en el marco de reapertura y normalización de prácticamente todas las actividades económicas, y se contraigan más préstamos personales producto de las compras minoristas durante las fiestas y el consumo vinculado al turismo así como también para abonar las deudas pretéritas con las tarjetas de crédito.
Por Belén Gomez. Publicado originalmente para BAE Negocios