Es verdad que la tensión cambiaria se moderó tras el ingreso de Sergio Massa en el Poder Ejecutivo y la brecha que había tocado un máximo de 135% en julio promedia el 105% en agosto. El dólar CCL permanece alto pero estable, en torno de $285.
Lo que la «gestión» del flamante ministro de Economía no ha logrado frenar es la sangría de reservas del Banco Central, que en los primeros ocho días de agosto perdió USD1.100 millones en términos netos. A este ritmo, agosto se perfilaría para equiparar al julio negro para toda variable macroeconómica, en donde el Banco Central vendió USD4.555 millones (un récord desde octubre de 2019, en plena crisis cambiaria posterior a las PASO).
Sin embargo, y ante la insistencia de los titulares de los medios de comunicación contabilizando las reservas, el presidente del Banco Central, Miguel Pesce, declaró ante El Destape Radio: «Podemos terminar agosto con una situación de empate o de recuperación de reservas». Ese resultado lo asoció directamente a la menor demanda de importaciones energéticas y detalló: «En abril estábamos importando USD900 millones de energía» y a eso se sumó que «en julio llegamos a los USD2.400». «Estamos esperando que las importaciones de agosto terminen debajo de los USD1.800 y que septiembre quede por debajo de los USD900», completó.
La demanda de dólares para importaciones (especialmente energéticas), los pagos en el exterior con tarjetas de crédito (y, vinculado con esto, el gasto general en turismo), las compras minoristas del dólar solidario y los pagos de deuda de las grandes empresas en moneda extranjera son los factores que están detrás del drenaje de reservas.
No obstante, las medidas anunciadas por Massa no apuntan a regular la demanda sino a incrementar la oferta de divisas. En ese sentido, no se diferencia de Martín Guzmán ni de Matías Kulfas.
Adelanto en la liquidación de exportaciones, Repos y préstamos con organismos internacionales permitirán recomponer el saldo de las divisas según informó el ministro. Sus números apuntaban a sumar cerca de USD7.000 millones, lo cual le permitiría exactamente cumplir con la meta de acumulación de reservas de USD5.000 millones (dado que en lo que va del año el Banco Central pierde unos USD1.400 millones).
Las precisiones dadas a conocer hasta el momento apuntan a un régimen de promoción para el sector de hidrocarburos (similar al presentado por Guzmán que el cristinismo rechazaba) y a la activación de líneas de crédito con un prestamista clave: el Banco Interamericano de Desarrollo (BID).
El establecimiento de un régimen especial de exportaciones para la producción incremental de petróleo tendrá vigencia a partir del 1° de enero de 2023 y se implementará a través de un decreto presidencial. Esto fue comunicado por la portavoz del Gobierno el jueves de la semana pasada. El incentivo sería la posibilidad de acceder al Mercado Único de Cambios (por una fracción del dinero aún no definida) para las petroleras que incorporen más producción al mercado y, de ese modo, permitan reducir las importaciones energéticas.
Recordemos que el Senado aprobó en septiembre del año pasado la controversial Ley de Promoción de Inversiones Hidrocarburíferas, que establecía un régimen tributario de incentivos inalterable por veinte años y la libre disponibilidad de la mitad de los dólares que se cobrasen por las exportaciones de gas y de petróleo. Actualmente rige un cupo de exportación del 20% de lo producido. A su vez, los empresarios del sector se benefician por los altísimos precios del crudo, si bien en las últimas semanas se ubicó por debajo de USD100 el barril. Según fuentes oficiales, los envíos al exterior de petróleo aumentaron un 300% durante el primer semestre del año.
En segundo lugar se conocieron precisiones sobre la firma de un crédito por USD80 millones con el BID que estará destinado a mejorar la competitividad de las mipymes. En este caso se destaca el notable cambio en la actitud del presidente Mauricio Claver-Carone, quien había criticado duramente al Gobierno y que aún mantiene congelado el desembolso de USD500 millones por un crédito que el país ya tiene aprobado.
El giro de Claver-Carone se hizo sentir a fines de julio, cuando luego de publicar una dura nota en The Wall Street Journal con acusaciones a nuestro país decidió autorizar una operación por USD200 millones en el marco de un préstamo mayor para promover la descarbonización del sector eléctrico local. Según sus palabras, Argentina obtuvo financiamiento récord con el inicio de su gestión en el BID en octubre de 2020.
La mayor apuesta de las medidas de oferta anunciadas por Massa parece ser aumentar el superávit comercial mejorando las condiciones de sectores estratégicos. Restan conocerse detalles también para los sectores de la agroindustria, la minería y de la economía del conocimiento. Esta línea de «exportar más» era enérgicamente defendida por los ex ministros albertistas de Economía y de Desarrollo Productivo.
Los préstamos de organismos internacionales podrían sumar otros millones. Se espera una confirmación de la Corporación Andina de Fomento por USD750 millones. Sobre los Repos, las perspectivas son más aguadas. Hay que esperar a la gira que iniciará el ministro de Economía el 29 de agosto, cuando se dirigirá hacia Estados Unidos, Francia (por el Club de París) y a Qatar (por fondos de inversión interesados en Argentina). ¡Buena suerte!
Por Mara Pedrazzoli. Publicado originalmente para BAE Negocios