El Mundial Qatar 2022 no trajo un alza en el consumo de bienes relacionados con el evento deportivos. Salarios deprimidos, límites a las compras financiadas, algunas de las razones.
El mundial de fútbol es siempre un despertar de pasiones para los argentinos y argentinas. Un clima de festejo y alegría inunda los rincones del país cada cuatro años, y este 2022, en un contexto de contracción de consumo y bolsillos ajustados, nos acerca muchos interrogantes sobre el posible devenir del consumo durante el mes de diciembre, sobre todo considerando que el torneo cae en un momento del año particular para lo que se acostumbra en un Mundial.
El viernes pasado, Scentia publicó los datos del consumo de octubre, que registran por segundo mes consecutivo una caída respecto del año pasado. Octubre cerró con una caída de 4,5% en volumen respecto del 2021, después de un septiembre que quebró, con una caída de 0,8%, una racha de 14 meses consecutivos de consumo en alza en el país. En este contexto, el inicio del mundial levanta muchas preguntas sobre la posibilidad de que el clima de alegría impacte efectivamente sobre el consumo.
La consultora ShopApp publicó un estudio sobre el consumo del mundial en conjunto con Ecolatina, que muestra una enorme factibilidad de empate técnico en materia de consumo masivo. Al consultar a los consumidores argentinos sobre la propensión al consumo durante el mundial, un 58% declara que no alterará su consumo durante el torneo, y la diferencia está dividida: Un 21% declara que lo incrementará, principalmente por una mayor cantidad de juntadas, y el otro 21% declara que lo disminuirá, principalmente porque las juntadas representarán un reemplazo de los consumos fuera del hogar, además de competir con los ahorros para las compras navideñas. Por su parte, Ecolatina analizó con un modelo matemático la influencia de los últimos dos mundiales en el consumo de varias categorías de consumo masivo, demostrando que los torneos no han representado una diferencia significativa en el consumo de ninguna categoría, ni siquiera en aquellas profundamente asociadas al consumo mundialista (cervezas, gaseosas, etc).
Que el escenario sea de empate técnico no quiere decir que no vayan a existir variaciones en el consumo. Lo más probable es que una variación nula en el agregado del consumo masivo implique un escenario de incremento para los niveles socioeconómicos altos, que pueden sostener un consumo que acompañe el clima de alegría y festejo, y un escenario de caída para los niveles bajos que se encuentran cada vez más ajustados.
ShopApp consultó sobre los consumos antes del mundial, y un 24% de los encuestados declararon intenciones de comprar ropa y otros elementos de indumentaria, mientras que un 23% declaró intenciones de comprar televisores. Sin embargo, FECOBA (Federación de Comercio e Industria de CABA) declara que las ventas de camisetas y ropa deportiva tuvo una caída de 20% respecto de las ventas antes del mundial de 2018.
Asimismo, de acuerdo a las estadísticas de comercio de electrodomésticos y artículos para el hogar de INDEC, hasta el mes de junio, televisores registraba un incremento de 14% en unidades respecto del mismo período del año anterior, mientras que en 2018 versus 2017 ese incremento había sido del 55%. A este último dato hay que agregarle la consideración de que el mundial de 2022 sucede algo más tarde, por lo que posiblemente las estadísticas que publique INDEC hacia principios de 2023 nos muestren el verdadero ritmo de consumo de durables.
En líneas generales, es posible que este mundial no traiga la fiebre del consumo que podríamos esperar en un evento deportivo de estas características, sobre todo después de dos años con grandes restricciones de movilidad. Las razones para explicar un comportamiento que podría ser más frío que en otros torneos de FIFA incluyen varios puntos.
En primer lugar, el nivel inflacionario más alto de los últimos 30 años, que según INDEC ya alcanza un 88% interanual. Acompañando a este nivel inflacionario, salarios que van por escalera, especialmente para los sectores no registrados, que acumulaban hacia julio más de 10 puntos porcentuales de distancia con la inflación. Por último, una posibilidad de endeudamiento baja, con límites de tarjeta que quedan atrasados respecto del incremento de precios, y achatan las posibilidades de proyectar algunos gastos en los próximos meses.
Como último punto, y considerando la cercanía del mundial con las fiestas, ShopApp indagó sobre el potencial consumo en Navidad: Aunque el 71% declara que no cambiará sus niveles de gasto por el mundial, hay un 24% que desliza que sus gastos de las fiestas sí podrían reducirse por esta razón.
Esto acompaña la línea general de expectativa: Aunque el mundial pueda llevarse algo más de participación de bolsillo, eso posiblemente se terminará compensando con recortes por otro lado, en un contexto en el que los hogares ya no tienen más lugar para estirarse.
Por Sofia Ruano. Publicado originalmente para BAE Negocios