En el medio de los cambios de gabinete, actualización de los servicios tarifarios y anuncios macroeconómicos de índole fiscal, monetario y de acumulación de reservas, la senadora Juliana Di Tullio presentó un proyecto en la cámara alta denominado “refuerzo de ingresos” que tiene como objetivo principal asegurar una canasta alimentaria para el sector más excluido de la población, aquellos que no tienen nada de nada.
A pesar de la difícil situación que la Argentina atravesó en el marco de la crisis ocasionada por el Covid 19, nuestro país lleva más de un año de crecimiento económico y crecimiento industrial, incluso superando índices pre pandémicos. Sin embargo, hay determinadas situaciones que el Estado tiene el deber de atender de manera urgente: que haya gente que no coma o que no pueda sostener un régimen alimenticio saludable, es una de ellas. Esas personas, no pueden esperar los años necesarios para que la estructura productiva de nuestro país vuelva a crecer lo suficiente como para generar empleo y al mismo tiempo redistribución de la riqueza. Los índices de indigencia entre 2015 y 2019 aumentaron significativamente pasando de 4,5% a 8,4% de la población respectivamente.
Para aquellas personas, las olvidadas del mundo, se creó este proyecto de refuerzo de ingresos que tiene como espíritu combatir la indigencia. Tendrá 1,7 mm de beneficiarios y beneficiarias que son las personas entre 24 y 64 años que están por debajo de la línea de indigencia y recibirán el monto semejante a una canasta básica alimentaria de un adulto, la cual al mes de julio de 2022 era equivalente a $16.008 La misma se actualizará trimestralmente y el órgano ejecutor será el Anses.
Los beneficiarios de este derecho a la alimentación serán adultos que no perciban ningún otro ingreso formal (sea por su trabajo o por subsidios u otros programas del Estado) salvo la Asignación Universal por Hijo y la Tarjeta Alimentar debido a que los y las beneficiarias de esos programas son les niñes a pesar de que lo cobren las madres y padres.
Este programa también ayudará a combatir la indigencia infantil que hoy en día dentro del segmento de niños entre 0 y 14 años es del 12,6% de acuerdo a la Encuesta Permanente de Hogares (EPH). Esto puede explicarse dado que la indigencia no se mide exclusivamente por personas, sino que también por hogares.
Esto es, sumando todos los ingresos de todas las personas del hogar se analiza si es equiparable a la cantidad de dinero que necesitarían para adquirir la Canasta Básica Alimentaria(CBA) en el caso de indigencia o la Canasta Básica Total (CBT) en el de pobreza para todas las personas que conforman ese hogar (es decir, se suman todas las personas equivalentes) si los ingresos sumados no alcanzan a la CBA, ese hogar es indigente y entonces también lo son todas las personas que lo integran.
Por lo cual, si ese hogar percibe más ingresos, esos niños y niñas van a poder acceder a más alimentación.
El beneficio es una prestación monetaria mensual no contributiva y de alcance nacional que se otorgará de manera individual, por lo cual, pretende contrarrestar la indigencia de todas las personas de nuestro país independientemente de qué cantidad viva en cada hogar.
Es preciso mencionar que el proyecto se presentó pocos días antes de la muerte no identificada aún de una niña de 11 años escolarizada, en una escuela del distrito de Barracas (CABA). Su maestra asegura haber solicitado en reiteradas ocasiones la intervención del gobierno de la ciudad para proteger a la niña cuya familia se encuentra en estado de exclusión del sistema.
Independientemente de la causa final de la muerte de la niña la cual será determinada por la autopsia, es claro que el nivel de vulnerabilidad y precariedad en la que vive su familia genera condiciones en las cuales cualquier circunstancia puede ser de extremo peligro.
Si bien pareciera que la causa de su muerte no fue por desnutrición como se indicaba en un principio, es bien sabido que bajo condiciones de mal nutrición las posibilidades de contraer enfermedades aumentan exponencialmente.
La legisladora porteña, Ofelia Fernández, presentó hace algunos meses atrás un proyecto de Ley integral por el derecho a la alimentación adecuada en las instituciones educativas con el objetivo de cambiar radicalmente estas situaciones en las escuelas de la Ciudad de Buenos Aires, pero hasta ahora no hubo voluntad de que sea tratado.
Por eso mismo se torna perentorio que proyectos como los presentados por la senadora di Tullio o la legisladora Ofelia Fernández se concreten de inmediato.
No es para mañana, es para ayer.
Tal vez así no debamos lamentar el desgarro de familias enteras que no comen lo suficiente en el país que Macri fantaseó como el Supermercado del mundo.
Por Laura Testa. Publicado originalmente para BAE Negocios